Hoy celebramos una fiesta luminosa, misteriosa y profundamente cristiana: los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. No son cuentos ni leyendas, son realidades espirituales que actúan hoy mismo por mandato de Dios.
1️⃣ Miguel significa "¿Quién como Dios?". Es el gran defensor del pueblo de Dios. En el Apocalipsis, Miguel y sus ángeles combaten contra el dragón, símbolo de Satanás. No es solo una imagen: hay una lucha espiritual real (cf. Ap 12).
2️⃣ Miguel representa el combate del bien contra el mal. No se trata de películas ni de supersticiones. El mal existe, tiene rostro, y se opone a Dios. Pero también existe la gracia, la victoria de Cristo y la ayuda del cielo.
3️⃣ Cada vez que renunciamos al pecado, que resistimos una tentación, que elegimos la verdad en lugar de la mentira, estamos peleando con Miguel. No estamos solos: "Miles y miles lo servían" (Dn 7). ¡Eso incluye a los ángeles!
4️⃣ Gabriel es el anunciador. A él le debemos el Ave María, pues fue el enviado que trajo a la Virgen el anuncio del Verbo Encarnado. No solo informa: abre el cielo, inaugura la salvación, y prepara el camino del Señor.
5️⃣ Gabriel también nos recuerda que la Palabra de Dios no es abstracta, sino viva, eficaz y poderosa. Cuando oramos con la Escritura, cuando anunciamos a Cristo, algo angélico está ocurriendo.
6️⃣ Rafael aparece en el libro de Tobías. Es guía en el camino, compañero silencioso, sanador de heridas, y restaurador de relaciones. Su nombre significa "Dios sana".
7️⃣ ¿Cuántas veces hemos sido protegidos, sanados, guiados sin saberlo? Rafael está ahí, especialmente en los viajes, en las enfermedades, en las búsquedas vocacionales. Es el ángel de los caminantes y de los novios fieles.
8️⃣ Los tres arcángeles actúan en obediencia al Hijo del Hombre. Por eso Jesús dice a Natanael: "Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre" (Jn 1,51). ¡Cristo es el verdadero centro!
9️⃣ El verdadero culto a los ángeles no nos desvía de Cristo, sino que nos lleva a Él. No son ídolos, no son supersticiones, no son "energías positivas": son servidores de Cristo y custodios nuestros.
🔟 Por eso hoy, con fe y confianza, podemos orar así:
San Miguel, defiéndenos en la batalla.
San Gabriel, ayúdanos a acoger la Palabra.
San Rafael, acompáñanos en nuestro camino.
Y todos los ángeles de Dios, protegednos y conducidnos al cielo.
Fuente:Sacerdos in æternum
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