¡Ven, Espíritu Santo, llena mi corazón con el fuego de tu amor, Llena mi vida de tu amor, de tus siete dones, de tus santas gracias!* _¡Llévame, Espíritu divino, a un vida coherente, amorosa, servicial, generosa, entregada al prójimo por amor a Cristo! ¡Y como rezaba el cardenal Verdier, en la oración que refleja con mayor claridad, el hacer cristiano hoy te exclamo con el corazón abierto:
Oh Espíritu Santo
Amor del Padre, y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar dame acierto al empezar dirección al progresar y perfección al acabar.
Amén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma