Señor mío, te alabo y te bendigo por hacerme sentir tu presencia
poderosa en mi vida que restaura todo mi ser y se lleva todos mis dolores y
angustias.
Te quiero dar gracias en este día por no rechazarme aún con mis
errores y faltas. y con todas las decisiones equivocadas que he tomado en mi
vida.
Cuando en aquella oportunidad caminaste sobre las aguas y los
discípulos te vieron, se llenaron de temor, y fue porque aún no conocían tu
inmenso poder, ni estaban convencidos del todo que Tú eras el Rey y Salvador de
todos.
Con el caminar sobre las aguas Tú me enseñas que dominas toda
tempestad y tribulación. Me das la certeza de una esperanza tranquila y llena
de gozo cuando dices "No temas".
Quiero quedar convencido de que quien cree en Ti jamás quedará
defraudado y no habrá temor alguno que lo asuste y ponga a prueba su fe.
Quiero dejar que te acerques siempre a mí, vivir en comunión
contigo toda mi vida, que mis faltas jamás me separen de tu amor.
Todo miedo que hay dentro de mí se desvanece cuando te acepto y mi
boca dice confiado: "Creo en Ti, Señor mío". Quiero dejarme alcanzar
por Ti.
Con tu gracia y tu bendición, deseo que pueda desde ahora sentirme
siempre seguro de caminar sobre las tempestades de mi vida tomado de tu mano sanadora.
Confío en tu poder y en tu amor.
Amén
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