En familia, Dios, quiso nacer.
En familia, Dios, comenzó a llorar.
En familia, Dios, acogió al pobre y al rico.
En familia, Jesús, se dejó iluminar por una estrella.
En familia, Jesús, reconoció a un nombre: MARIA.
En familia, un Niño, respetó a un hombre: JOSÉ.
En familia, el Dios con nosotros,
se inició en el valor de la fe.
En familia, Jesús, recibió
agasajos de humildes y regios.
En familia, Jesús, supo lo que fue huir.
En familia, Jesús, recibió aliento.
En familia, Jesús, aprendió a vivir.
En familia, Jesús, sufrió el desprecio
de los que no supieron verle ni esperarle.
En familia, Jesús, vio a los pastores
cuerpo a tierra y lágrimas en los ojos.
En familia, Jesús, contempló a tres reyes
con abundancia de oro, incienso y mirra.
En familia, Jesús, habló y guardó silencio.
En familia, Jesús, fue perdido y encontrado.
En familia, jugaba, rezaba y cantaba;
y, en familia, sufrió la incomprensión
de algunos de los que le rodeaban.
En familia…¡sí en familia!
¡En familia Jesús fue hijo!
¡En familia, Jesús, fue niño!
¡En familia, Jesús, fue joven!
¡En familia, Jesús, aprendió a ser adulto!
¡En familia, Jesús, aprendió a mirar a los cielos!
Amén.
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