Señor, Tú eres un Dios generoso que siempre tiene sus brazos
abiertos y el corazón engrandecido para acoger a todos los que se acercan a Ti
Con humilde de corazón voy a Ti buscando tu paz y tu gracia con la intención
de mejorar y ser alguien de provecho en esta vida, sobre todo para los míos.
Me abro al dulce misterio de tu encarnación, a esa venida gloriosa
en la que millares de ángeles celestiales alabaron en cántico tu nacimiento
divino.
Cómo los pastores que se acercaron en tu nacimiento para
glorificarte, también yo quiero llenarme de tus maravillas y experimentar el
gozo de tu paz.
Me siento protegido y amado por tu presencia, me sostienes, actúas
con poder en mi vida y cumples en mi cada una de tus promesas de felicidad.
Como María, quiero ser testigo del milagro de tu amor, conservar y
meditar toda tu divinidad en mi corazón y amarte con plena libertad.
Mi Dios, mi Rey, ven y mira lo profundo de mi corazón y repara
todas aquellas grietas que el dolor y el sufrimiento han dejado a su paso.
Soy para Ti y quiero vivir para Ti. Dame todas tus fuerzas para
hacer nacer tu rostro en cada situación que viva y en cada obra que realice.
Amén
Pildoras de Fe
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