Si meditamos cuál es el motor que llevó a Cristo a la cruz, nos
damos cuenta que fue el amor.
Si pensamos cuál es el motivo por el que los padres cuidan y se desviven por sus hijos, y el esposo cuida de su esposa y viceversa, nos damos cuenta de que es el amor.
Y el amor es más fuerte que la muerte, más fuerte que el mal, porque el amor es el que nos impulsa a hacer grandes cosas por Dios y por los hombres.
Y el primer amor que debemos poseer, es el amor de Dios, que lo tenemos cuando estamos en paz con Él, es decir, en gracia de Dios. Es cuando estamos en gracia que la Caridad, el Amor, habita en nosotros, y así podemos comunicarlo a los demás y amar a los prójimos como Dios quiere.
El amor es desear el bien del otro, ya sea de Dios, o de los hermanos. Por eso más que un sentimiento es una fuerza que quiere el bien para todos.
Si nos faltan fuerzas para hacer alguna cosa o emprender una obra o misión, busquemos la fuerza en el amor. Pongamos amor en lo que vamos a emprender y se nos hará fácil la tarea, llevadero el camino.
Dios nos amó hasta la locura, y nosotros debemos amar también hasta la locura, sin límites, porque no otra cosa nos ordenan los Mandamientos, sintetizados en amar a Dios con todo nuestro ser, y al prójimo como nos ama Dios. En definitiva no es nada nuevo, pero de la meditación cotidiana de este mandamiento mayor, deben venir los frutos, y nos deben llegar las fuerzas para emprender cualquier cosa, sea la que fuere.
Dios es amor, dice el Apóstol, y quien tiene al Amor, a Dios, lo tiene todo y es todopoderoso porque tiene al mismo Señor consigo.
Así que no tengamos miedo con lo que estamos por emprender, o por lo que ya estamos haciendo, que Dios no quiere nuestra ruina sino nuestro bien, y nos da las fuerzas necesarias para que hagamos todo bien, y no tengamos miedo que el amor vence a la muerte y al Mal.
Pero debemos tener amor en nosotros, alimentarnos del Dios Amor en la Eucaristía, y rezarle al Señor, hablar con Él, es decir, encendernos en su amor, para tener fortaleza y enfrentar cualquier dificultad por complicada que parezca.
A quien tiene amor todo se le hace llevadero, porque el amor es una fuerza indestructible como Dios, y es el Amor, el Espíritu de Dios que es Amor, el que ha creado todo lo que existe, y el que nos mantiene en la existencia porque nos ama, y nos da tiempo para que aprendamos a amar y nos dejemos amar por Dios, pues para eso nos ha creado Dios: para que Le amemos y seamos amados por Él, y para que amemos a nuestros hermanos y seamos amados por ellos.
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