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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Mira en este Adviento a José.




Mira en este Adviento a José. Él jamás dudó de la Virgen. En ocasiones nos presentan una figura errada del Santo Patriarca. San José no dudó nunca de que la Santísima Virgen siguiera efectivamente Virgen. Él sabía muy bien que Ella estaba llena de una gracia especial como ninguna criatura, que su Corazón era puro, todo de Dios, que estaba llena de virtud.

Pero se sobresaltó cuando vio que el sagrado vientre de su esposa empezaba a crecer. No podía entender: 'No hay criatura en la tierra como Ella. Sé muy bien que no ha pecado, pero también veo que está encinta. ¿Qué misterio se escapa a mis ojos? Y si esto tiene que ver con obra sobrenatural...¿No entorpeceré los planes del Altísimo? La repudiaré, en secreto. Ella es inocente. Seré yo quien quedaré ensuciado, abandonando a mi esposa y huyendo del hogar sin más explicación...'. Podemos imaginar algo como esto en la angustiosa turbación de San José.

Él creía antes en la gracia que en la naturaleza. Creía que María podía concebir sin obra de varón antes que pecar. Muchos teólogos apoyan esto, y es razonable, puesto que lo contrario hiere la piedad hacia el Santo Patriarca. Por otro lado, Dios no dejaría que se manchase con semejante duda la mente del Santo que había elegido como padre en la tierra para su Divino Hijo, ni la integridad y virginidad de la Virgen Santísima.

Ahora mira a María: pura, obediente, dócil a Dios, cumpliendo de manera perfecta la voluntad del Padre Eterno y sosteniendo en sus brazos al Rey de la Gloria.

Por último mírate a ti, asombrado, contemplando la escena. Cree, adora, espera, siente, ama, ama, ama. Llora de amor y contempla

Alejandro María

https://www.facebook.com/alejandro.maria.5?ref=ts&fref=tsción.

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