Embelesada permanece la Santísima Virgen: Es mi Hijo, un niño pequeño. Ha nacido de mí, yo lo he amasado en mis entrañas. Pero es mi Dios, existía antes que yo.
Dios me hizo por medio de su Palabra. Ahora, esta Palabra eterna descansa en mis brazos. Dios está aquí, entre nosotros. Él es Emmanuel, Dios con nosotros. Duerme, mi niño, duerme. El calvario aún queda lejos. Descansa en mis brazos maternales. Déjame besarte y adorarte...
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Alejandro María
Alejandro María
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