Mi “si” de cada día, Señor
Que sea para Ti con las pequeñas cosas
que te ofrezco,
y no en aquellas que pienso pero nunca
alcanzo.
Que lo veas en el detalle que ofrezco,
y no en el escaparate del mundo en el
cual me pierdo.
Mi “si” de cada día, Señor.
Sea la verdad de mi vida,
y nunca la falsedad en la que me
confundo.
Sea pronunciado por el bien como
respuesta,
y no ahogado por el mal que me acompaña.
Mi “si” de cada día, Señor.
Sea el llevar a feliz término:
cada promesa a mis prójimos,
siendo rico llevando la paz conmigo
y ofreciéndola a los que caminan a mi
lado.
Desterrando el mal que me aparta de Ti,
y aferrándome al bien que me habla de tu
reinado.
Siendo consciente de mis posibilidades,
pero sin olvidar que, Tú, me las diste
de balde.
Mi “si” de cada día, Señor.
Sea darte lo poco o mucho de mi persona.
La verdad de mi existencia.
La sinceridad de mis palabras.
La bondad de mi corazón.
El deseo y la seguridad de que, ir por
donde Tú me envías,
es el mejor camino para salvarme y
ayudar a los demás.
¿Aceptas mi “si”, Señor?
Ayúdame a pronunciarlo, a que sea
auténtico
y, nunca, me olvide de llevarlo a cabo.
Amén.
P. Javier Leoz
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