Los momentos de dificultad deben ser tomados como
oportunidades de crecimiento y como pruebas que Dios nos pone para prepararnos
para nuevos caminos o cosas mejores.
Ante situaciones difíciles, la persona debe aprender a
sobreponerse, debe luchar para que el entendimiento no se llene de oscuridad y
no se pierda el ánimo; y hay que estar dispuesto a aceptar los designios de
Dios y asumir los cambios que la vida misma va proporcionando.
Se requiere mucha fortaleza interior para afrontar las
crisis concentrándose en la búsqueda de soluciones positivas.
Pero esas soluciones positivas no se pueden ni se van a
encontrar fuera de uno mismo; toca buscarlas dentro, en la interioridad, allá
donde habita el alma y reside la fuerza del espíritu.
Hay que llegar al interior de cada uno y mirarse a sí
mismo para aprender el sentido de la vida, observando y descubriendo toda la
riqueza del espíritu que nos anima.
Es preciso saber escuchar para poder entender y
hablar.
Se requiere abrir el corazón para que el amor pueda
habitar en nosotros y en el silencio interior podamos escuchar la Palabra de
Dios.
Dentro de nosotros está todo lo que somos.
Se encuentran también, de alguna forma, todas las
personas y acontecimientos que han pasado por nuestra mente a través de toda la
vida.
Hay que ir al encuentro de todo lo que hay dentro para
identificarlo, evaluarlo, radicarlo en nuestro interior si es un objeto de bien
o desalojarlo si es un objeto de mal.
Hay que rescatar la autoconfianza, consolidar la fe y
hallar nuestra propia identidad. Es imprescindible que aprendamos a iluminarnos
a nosotros mismos, a andar con determinación a comprometernos en un
verdadero proceso de transformación interior en el que la fuerza del espíritu
nos permita encontrar nuestro mejor sentido.
P. Eusebio Gómez Navarro OCD
celebrandolavida.org
Interesante Post es un placer pasar por aqui feliz fin de semana Saludos
ResponderEliminarhttp://comprenderysaber.blogspot.com.es/