Ha sido san Lucas quien nos ha dicho el nombre de la doncella que va a ser la Madre de Dios: "Y su nombre era Maria". El nombre de Maria, traducido del hebreo "Miriam", significa Doncella, Señora, Princesa.
Santísima Señora, Madre de Dios;
tú
eres la más pura de alma y cuerpo,
que vives más allá de toda pureza,
de toda
castidad, de toda virginidad;
la única morada de toda la gracia del Espíritu
Santo;
que sobrepasas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza,
en santidad de alma y cuerpo;
mírame culpable, impuro,
manchado en el alma y en
el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado;
purifica mi espíritu
de sus pasiones;
santifica y encamina mis pensamientos errantes y ciegos;
regula
y dirige mis sentidos;
líbrame de la detestable e infame tiranía de las
inclinaciones y pasiones impuras;
anula en mí el imperio de mi pecado;
da la
sabiduría y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas,
miserable, para que
me corrija de mis faltas y de mis caídas,
y así, libre de las tinieblas del
pecado,
sea hallado digno de glorificarte, de cantarte libremente,
verdadera
madre de la verdadera Luz, Cristo Dios nuestro.
Pues sólo con Él y por Él
eres bendita y glorificada por toda criatura,
invisible y visible,
ahora y
siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración de San Alfonso
María de Ligorio
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