Quince minutos con Jesús Misericordioso
Jesús, tú eres Dios, tú eres el que eres, en cambio yo soy el que no soy, porque mi existencia viene de ti y tú me mantienes en la vida y en la existencia, y si tú me dejaras de amar por un instante, volvería a la nada de la que fui sacado. Por eso quiero pedirte hoy perdón, Jesús mío, Misericordiosísimo Señor, que tienes tanta paciencia para conmigo, y que me perdonas tantos pecados. Jesús, ten piedad de mí y ayúdame a no volver a cometer ningún acto que te desagrade, porque sé muy bien que cada vez que peco mortalmente, te vuelvo a crucificar.
Jesús Misericordioso, tú que eres la Misericordia misma, tenla para conmigo, que soy el más miserable de los hombres, y que si me dejas librado a la Justicia, jamás alcanzaré el Cielo.
Confío en tu misericordia, Señor, y me encomiendo a ti y a tu bondad que no defrauda a nadie, y confío ciegamente en aquella palabra que dijiste al fariseo en ocasión de la redención de aquella pecadora pública: “Mucho se perdona a quien mucho ama”. Por eso yo a partir de hoy quiero amarte con todo mi corazón, para que borres del libro de la vida mis malas acciones, todos mis pecados y maldades.
¡Te amo, Jesús de mi corazón, y espero en tu Misericordia infinita!
¡Bendito seas por siempre, Jesús!
Fuente:santisimavirgen.com.ar/
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