Si el mes de junio es dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, el mes de julio está dedicado a su Preciosísima Sangre.
La devoción católica a la Preciosa Sangre de Cristo lleva a adorar al Señor Jesús reconociendo, con gratitud y amor, el valor de su sacratísima sangre.
Sobre ella trata la carta apostólica Inde a Primis del papa Juan XXIII sobre el fomento del culto a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración:
Que la Preciosa Sangre que brota de la sagrada cabeza de nuestro Señor Jesucristo nos cubra ahora y siempre.
Amén.
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