José, conocido sencillamente como “el carpintero”, evidencia que una persona es ubicada y reconocida más por lo que hace que por lo que dice; de hecho, los Evangelios, especialmente Mateo, dejan constancia de lo que hizo José, mas no de lo dijo; esto más que olvido o descuido por parte del primer Evangelista, refleja esa convicción de que una acción vale más que mil palabras.
Además, nombrar a alguien como carpintero, no sólo equivalía a decir que sabía trabajar la madera sino también conocía de construcción; y este noble oficio se lo enseño a Jesús, a tal grado que Él mismo es identificado como carpintero “¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanos no viven aquí entre nosotros?». Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo.” (Mc. 6; 3).
Recordamos hoy a todos los trabajadores de nuestra patria y del mundo, pidiendo al cielo para que sean instrumento de paz, de evangelización, de serena inteligencia, de valor y de confianza en sí mismos, de esperanzas de bien y de fervientes voluntad, dignos y sin retaceos en la hermandad de los hombres.
Por esto y más, San José es considerado el patrono de los trabajadores, especialmente, de quienes poseen un oficio.
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