“Uno de los diez leprosos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta”. Lc 17, 15
La gratitud es muy poco practicada entre nosotros. Todos, en algún momento, la reclamamos de las personas que nos fueron ingratas. Sin embargo, muchas veces, sin siquiera darnos cuenta, también nosotros somos ingratos con los demás. Mientras necesitamos, gritamos, pedimos, imploramos…; pero, cuando conseguimos, fácilmente nos olvidamos de volver para agradecer. Parece que tenemos miedo de ser agradecidos, pues esto nos expone a que el otro nos pueda también pedir algo. La gratitud implica ponerse a disposición de quien nos ayudó. Aunque esto nos dé miedo, debemos hacerlo siempre, pues esto nos salva.
¡Paz y Bien!
El Señor te bendiga y te guarde,
El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
Hno. Mariosvaldo Florentino, Capuchino
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