Mientras la Virgen María vivió aqui en la tierra asumió sus responsabilidades de madre y de ama de casa.
Ella no tuvo sirvientes que le hicieran las cosas de la casa; más bien se convirtió ella en sirvienta de su parienta Santa ISabel.
Para cumplir con el censo, que era una ley civil, viajó a Belén, la ciudad de sus antepasados, pese a lo avanzado de su estado de gravidez.
María no se desentendió de las cosas materiales ni de sus deberes temporales, sino que los cumplió a la perfección.
Aún en eso es nuestro modelo.
NUESTRA SEÑORA DEL HOGAR CRISTIANO, QUE EN TODOS NUESTROS HOGARES SE FOMENTE LA UNIÓN Y LA PAZ
Padre Alfonso Milagro
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