Perdón si alguna vez pisaste una Iglesia y nadie te abrazó.
Perdón si fuiste a buscar ayuda y nadie te ayudó.
Perdón si ibas con un nudo en la garganta y
nadie lo notó.
Perdón si alguien te miró mal.
Perdón si te hicieron sentir incómodo. Perdón si te juzgaron por tu forma de vestirte o de hablar.
Perdón, mil perdón. Porque Jesús no es así. Él ama, te abraza, te ayuda, te mira con ojos de amor, te hace sentir amado, mira tu corazón, y no te juzga por tu manera de hablar, sabe que eso también aprenderás.
Perdón porque muchas veces necesitaste un hombro donde llorar, y no le permití a Jesús que usara el mío.
Pero sabes, además de perdón también te
quiero pedir que pidas por mi y otros que también quieren transmitir a todas las personas esa ternura que Dios quiere dar al mundo.
Pbro Ryzsard
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