Padre Pellegrino, relata sus últimos momentos, él que siempre ha sido fiel y su hijo espiritual, muy dedicado.
Justo después de las 21:00 horas del día 22 de septiembre de 1968, cuando el Padre Mariano ya se distanciaba, yo entré en la celda, porque el Padre Pío me había llamado por el interfono, él estaba acostado, y quería saber a qué hora El despertador estaba marcado para despertar, él estaba preocupado por la misa.
De sus ojos rojizos escurría una lágrima que sequé y me retiré a la celda de al lado, manteniéndome despierto y prestando atención al interfono.
Antes de medianoche, el Padre Pío me llamó cinco veces, siempre con alguna lágrima en los ojos, pero era un suave y tranquilo llanto, y me pidió que me quedara con él.
Y comenzó a preguntarme las horas con mucha frecuencia. Me miraba con ojos suplicantes, estrechándome la mano.
Luego, como si ya hubiera olvidado el correr de las horas, me preguntó ;- ya celebraste la misa?
Es demasiado pronto para la misa, Padre Espiritual! Respondí
Bueno... entonces esta mañana celebras para mí? - Me preguntó.
Cada mañana celebro la misa en sus intenciones.
Luego el Padre Pío quiso confesarse. Después de la Confesión Sacramental, me dijo:
- Hijo mío, si Dios me llama hoy, pide perdón en mi nombre a todos los Cofrades, por la molestia que les he causado aquí y pídeles a ellos y a mis hijos espirituales una oración por mi alma.
- Padre espiritual, estoy seguro de que Dios te permitirá vivir aún por mucho tiempo. Pero si usted tiene razón, en sus intuiciones, puedo pedir una última bendición para sus Cofrades, para sus hijos espirituales y para sus enfermos?- pregunté....Leer más
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