“Recibid todas las penas, grandes y pequeñas, toda inquietud, molestia y enfermedad de toda la vida y de Cada día, creyendo que ellas forman la cruz que os ha preparado el mismo Dios, y ha tenido cuidado de acomodarla a vuestras fuerzas. No la sacudáis de vuestros hombros, no intentéis evadirla, porque será en vano: por muy áspera y pesada que os parezca e insoportable, tomadla generosamente, caminad con ella detrás del Salvador, ponedla en contacto con la suya, unidos a él en espíritu de sacrificio y penitencia, pacientes y resignados como Él. Si hacéis esto, saldrá de la cruz de Cristo una corriente maravillosa, como de fluido eléctrico, de gracia fortificante, que os hará vuestra carga ligera”.
Sermones de la Pasión, Ed. Herder, Friburgo, 1929
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma