El Santo Rosario es una oración muy útil cuando nos preguntamos si
Dios nos llama a ser solteros, casados, religiosos o sacerdotes.
Las encuestas anuales de los sacerdotes recién ordenados informan
regularmente que antes de ingresar al seminario, más del 70% de ellos rezaba
regularmente el Rosario.
Si parto de mi experiencia personal, puedo pensar en al menos tres
razones para rezarlo:
1. En tiempos de duelo o crisis, a la cabecera de un ser querido
que está muriendo o mientras conduzco bajo una tormenta de nieve, es difícil
rezar y concentrarse. El Rosario nos permite aferrarnos, literal y
figurativamente, a algo divino. Sostener un rosario en las manos y deslizarlo
entre los dedos mientras uno recita las oraciones puede ayudar a reducir la ansiedad
y tener un efecto calmante, como un niño que se esconde y aferra a las faldas
de su madre.
2. Oramos para pedir lo que necesitamos y le rezamos a Quien puede
librarnos. A veces le pedimos a María que interceda ante Dios por nosotros que
somos pecadores, diciendo, por ejemplo: “Ofrecemos este Rosario para pedir más
vocaciones sacerdotales para nuestra diócesis”.
En este sentido, la fiesta de Nuestra Señora del Rosario (7 de
octubre) se estableció en agradecimiento a María por su poderosa intercesión
que permitió la victoria en la Batalla de Lepanto.
3. El corazón del Rosario es meditar en los misterios de la vida de
Jesús y María. Cuando rezamos así el Rosario, no pensamos demasiado en las
palabras de las oraciones. Las decimos a un ritmo más lento y regular. Se ha
demostrado, incluso científicamente, que este tipo de recitación calma y mejora
la concentración. Esta disposición interior, por tanto, facilita la reflexión
sobre los misterios del Rosario, para poder imitar lo que contienen y obtener lo
que prometen.
Por estas razones, lo más importante es rezar el Rosario, ya sea a
solas o con otros, en la iglesia o en otro lugar. Ese Rosario cuyo mensaje
esencial es en última instancia decir "sí” a la voluntad de Dios.
Monseñor Michael Owen Jackels, arzobispo de Dubuque (Iowa, USA), 13
de noviembre de 2019
https://www.mariedenazareth.com/
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