El milagro lo hace Dios

Aunque la vida y todo lo que hacemos a veces nos pueda parecer un sinsentido, tenemos que seguir haciéndolo todo bien, porque llegado el momento Dios hará su milagro, y nos asombraremos de lo que ha podido hacer Dios a través nuestro.

También los servidores de las Bodas de Caná, tuvieron que llenar las tinajas de agua, y ni siquiera podían imaginar lo que sucedería después, que el agua se iba a convertir en el más delicioso vino, por obra de Jesús. 

 
También nosotros debemos hacer caso a la Santísima Virgen que en todas sus apariciones nos pide oración, sacrificio, evangelización, difusión de sus mensajes. Y no sabemos qué puede suceder luego, porque seguramente que aquellos servidores de Caná habrán pensado que era inútil, o al menos disparatado, llenar seis tinajas de agua. Pero no sabían que allí estaba Jesús, que allí estaba Dios, que haría lo que nunca nadie pudo hacer. Así también nosotros, hagamos todo lo que debemos hacer, las cosas naturales y comunes de todos los días, obedeciendo a Dios y a su Madre, y, llegado el momento, Dios hará un grandioso milagro para que el mundo quede absorto, y nosotros tendremos la dicha de haber colaborado en esta tarea. 

 
Inclusive los servidores pudieron hasta dudar de Jesús, ya que el Señor les dijo que llenaran las tinajas de agua y luego sacaran y llevaran al encargado del banquete. Por lo tanto no sabemos si cuando sacaron de las tinajas, todavía era agua, y se convirtió en vino en el camino, o si ya sacaron vino de las tinajas. Porque si tuvieron que llevarle agua para que probara el encargado, más descabellado era el hacerlo, y con el riesgo de recibir un castigo del encargado.

 
También nosotros hagamos lo que el Señor y su Madre nos mandan, aunque parezca descabellado y hasta que quizás nos castiguen los hombres por hacerlo así, que llegado el momento Dios hará algo que jamás se realizó. 

 
Evangelicemos y difundamos los mensajes que nos da la Virgen en sus apariciones, aunque sean cosas duras y difíciles, y aunque nos parezca que podemos ser castigados por los hombres. Que cuando llegue el momento, Dios sabrá transformar todo en salvación y alegría a través de un Milagro grandioso.

 Santísima Virgen.