"Una flor sobre su tumba se
marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la
recibe Dios", decía San Agustín. Cada 2 de noviembre la Iglesia recuerda con
mucho cariño a los fieles difuntos y por ello te recomendamos estas oraciones
por las almas de tus familiares que ya partieron a la Casa del Padre.
Por un niño
Señor, tú que conoces nuestra
profunda tristeza por la muerte del (de la) niño(a) N., concede a quienes
acatamos con dolor tu voluntad de llevártelo(a), el consuelo de creer que vive
eternamente contigo en la gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Por un joven
Concede, Señor, la felicidad de la
gloria eterna a tu siervo(a) N. a quien has llamado de este mundo cuando el
vigor de la juventud embellecía su vidacorporal;
muestra para con él (ella) tu misericordia y acógelo(a) entre tus santos en el
canto eterno de tu alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Por los padres y abuelos
¡Oh Dios! Nos mandaste honrar padre
y madre. Por tu misericordia, ten piedad de mi padre (madre) y no recuerdes sus
pecados. Que yo pueda verlo (la) de nuevo en el gozo de eterno fulgor. Te lo
pido por Cristo nuestro Señor. Amén.
En caso de accidente o suicidio
Escucha, Señor, las súplicas de tu
pueblo unidas a las lágrimas de dolor que sentimos por la muerte inesperada de
nuestro(a) hermano(a) N., y haz que alcance tu misericordia y goce para siempre
de la luz de aquella patria en que no hay más sufrimiento ni muerte. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración en el cementerio el día de los fieles difuntos
La costumbre de visitar los
cementerios el día de difuntos es una buena oportunidad para orar por ellos y
afirmar nuestra fe en la resurrección.
Proponemos para esta ocasión la
siguiente celebración.
A/. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. T/. Amén.
A/. Bendigamos al Señor que, por la
resurrección de su Hijo, nos ha hecho nacer a una esperanza viva. T/.
Bendito seas por siempre, Señor.
A/. Hermanos: Todos tenemos
familiares y amigos que han muerto. Hoy los recordamos a ellos y a todos los
que han fallecido y los encomendamos a la misericordia de Dios. En este
cementerio nos unimos para afirmar nuestra fe en Cristo que ha vencido la
muerte y nuestra esperanza de que él vencerá también nuestra muerte y nos
reunirá con nuestros seres queridos en su reino de gloria. Que esta celebración
nos anime a ser fieles al Señor y a seguir los buenos ejemplos que nuestros
familiares nos dejaron en su vida. Comencemos reconociendo nuestros pecados
ante el Señor (momentos de silencio).
Tú que resucitaste a Lázaro del
sepulcro, SEÑOR, TEN PIEDAD.
Tú que has vencido la muerte y has
resucitado, CRISTO, TEN PIEDAD.
Tú que nos has prometido una vida
eterna contigo, SEÑOR, TEN PIEDAD.
A/. El Señor todopoderoso tenga
misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna. T/: Amén.
L/. Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los Romanos (6, 3-4. 8-9).
“Hermanos: Los que por el bautismo
nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo
fuimos sepultados con él en la muerte para que, así como Cristo fue resucitado
de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en
una vida nueva... Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también
viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los
muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él”. Palabra de
Dios. T/. Te alabamos, Señor.
A/. Hermanos: Invoquemos con fe a
Dios Padre todopoderoso que resucitó de entre los muertos a su Hijo Jesucristo
para la salvación de todos.
Para que afiance al pueblo cristiano
en la fe, la 28 esperanza y el amor,
roguemos al Señor. Todos: TE
LO PEDIMOS, SEÑOR.
Para que libere al mundo entero de
todas sus injusticias, violencias y signos de muerte, roguemos al Señor.
Para que acoja e ilumine con la
claridad de su rostro a todos los que han muerto en la esperanza de la
resurrección, roguemos al Señor.
Para que reciba en su reino a N. y
N. (se pueden decir nombres) y a todos los difuntos de nuestras familias,
roguemos al Señor.
Para que nuestra visita y nuestras
ofrendas de flores, velas y comida sean signos de nuestra fe en la vida más
allá de la muerte, roguemos al Señor.
Para que la fe en Cristo mueva
nuestros corazones para dar frutos de solidaridad y de justicia, roguemos al
Señor.
A/. Oremos, hermanos, como Jesús
mismo nos enseñó.
T/. Padre nuestro... Dios te salve
María... Gloria al Padre...
A/. El Dios de todo consuelo, que
con amor inefable creó al hombre y en la resurrección de su Hijo ha dado a los
creyentes la esperanza de resucitar, derrame sobre nosotros su bendición. T/.
Amén.
A/. Él nos conceda el perdón de
nuestras culpas a los que vivimos en este mundo y otorgue a los que han muerto
el lugar de la luz y de la paz. T/. Amén.
A/. Y a todos nos conceda vivir
eternamente felices con Cristo, al que proclamamos resucitado de entre los
muertos. T/. Amén.
A/. Y la bendición de Dios
todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos
acompañe siempre. T/. Amén.
A/. Dales, Señor, el descanso eterno T/.
Y brille para ellos la luz perpetua.
A/. Que las almas de todos los
fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. T/. Amén.
https://www.aciprensa.com/noticias/con-estas-oraciones-puedes-pedirle-a-dios-por-tus-familiares-difuntos-66381/
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