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sábado, 10 de octubre de 2015

Cuando el santo Rosario preserva de las radiaciones atómicas (1)




El 6 de agosto de 1945 a las 2 h 45, el bombardero B 29 del "Enola Gay" despegó de Tinian (isla del archipiélago de las Islas Marianas) con la bomba atómica "Little Boy", diseñada para destruir la ciudad de Hiroshima en Japón.

A las 9 h 15, el comandante Thomas Ferebee, bombardero del Enola Gay, lanza la bomba nuclear. A lo largo de 500 kilómetros, los aviadores verán el hongo gigante, que en 2 minutos alcanzó 10. 000 m de altitud. En un radio de 3 km, 10. 000 edificios fueron destruidos por la explosión y 50. 000 por los incendios. Aún a 1.200 m del centro de la explosión, las víctimas murieron instantáneamente. Más allá la radiación hizo su parte, ya que los soldados japoneses encargados de recoger a las víctimas murieron en cuestión de semanas.

Durante la explosión, un grupo de misioneros jesuitas alemanes que vivían en Hiroshima, fervientes devotos del Rosario, se salvaron de toda contaminación radiactiva y de toda destrucción, estando su casa a 100 metros del centro de la explosión (zona cero). La casa típicamente japonesa en la que se encontraban también escapó a la destrucción.


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