El Padre Hubert Schiffer, uno de los jesuitas alemanes que
se salvó de la bomba atómica en Hiroshima, murió a la edad de 63 años; tenía 30
en el momento de la explosión, el 6 de agosto de 1945.
Cuando tratamos de averiguar, científicamente, cómo él y su comunidad sobrevivieron, no pudimos encontrar el por qué, ellos explicaron que esto se debió a su oración diaria del Rosario, pero los científicos no lo creyeron. El Padre Schiffer dijo más tarde: "Ellos todavía no entienden. (...) Creemos que sobrevivimos porque vivíamos el mensaje de Fátima. Vivíamos y rezábamos el Rosario todos los días en esta casa."
Lo mismo ocurrió en Nagasaki (Japón), en el convento franciscano de San Maximiliano Kolbe, donde los hermanos rezaban el Rosario todos los días. La bomba H "Fat Man", lanzada sobre la ciudad el 9 de agosto de 1945, tres días después de la de Hiroshima, el convento construido detrás de una pequeña colina que lo protegió, milagrosamente no sufrió ningún estrago. En cambio, el 80% de la ciudad fue destruida. "Los que propaguen mi Rosario serán ayudados por mí en todas sus necesidades", prometió la Virgen.”
Cuando tratamos de averiguar, científicamente, cómo él y su comunidad sobrevivieron, no pudimos encontrar el por qué, ellos explicaron que esto se debió a su oración diaria del Rosario, pero los científicos no lo creyeron. El Padre Schiffer dijo más tarde: "Ellos todavía no entienden. (...) Creemos que sobrevivimos porque vivíamos el mensaje de Fátima. Vivíamos y rezábamos el Rosario todos los días en esta casa."
Lo mismo ocurrió en Nagasaki (Japón), en el convento franciscano de San Maximiliano Kolbe, donde los hermanos rezaban el Rosario todos los días. La bomba H "Fat Man", lanzada sobre la ciudad el 9 de agosto de 1945, tres días después de la de Hiroshima, el convento construido detrás de una pequeña colina que lo protegió, milagrosamente no sufrió ningún estrago. En cambio, el 80% de la ciudad fue destruida. "Los que propaguen mi Rosario serán ayudados por mí en todas sus necesidades", prometió la Virgen.”
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