
Las aberturas de las llagas, que eran para la Madre como cuchillos de dolor, verlas hechas fuentes de amor, al que vio penar entre ladrones, verle acompañado de ángeles y santos, al que la encomendaba desde la cruz al discípulo ve cómo ahora extiende sus amorosos brazos y le da dulce paz en el rostro, al que tuvo muerto en sus brazos, verle ahora resucitado ante sus ojos.
Tiénele, no le deja, abrázale y pídele que no se le vaya, entonces, enmudecida de dolor, no sabía qué decir, ahora, enmudecida de alegría, no puede hablar”.
Fray Luis de Granada, Libro de la oración y meditación, 26, 4, 16.
Fuente : del muro (Fc) de Alejandro María
Fuente : del muro (Fc) de Alejandro María
Magda, muy bonito tu escrito... que felicidad tan grande
ResponderEliminarBuen fin de semana
Un abrazo