Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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jueves, 19 de abril de 2012

EL PERDÓN, EL MEJOR REGALO QUE PUEDES DARTE

El camino para aprender a amar es "Perdonando", quien desea crecer en el amor lo logra amando en el perdón.  Perdonar es el camino de la liberación.  El que auténticamente se libera es quien perdona, echando fuera de su alma al rencor y la venganza que solamente lo envilece y lo consume.

Perdonar a pesar de tener razón y mil justificaciones para no hacerlo, se atreve a pronunciar en el interior del corazón "Perdón".  Perdonar cuando te han ofendido y humillado es cuando se manifiesta la grandeza del corazón del ser humano.  Solamente el que ama auténticamente puede decir "te perdono y lo olvido".  Perdonar es cuando a pesar de sentirse ofendido te atreves a dar una sonrisa de amor.

Deja hoy tus rencores, tu venganza que anhela ver al que te ha ofendido de rodillas pidiendo clemencia, deja hoy ese fuego que enciende tu cólera y abraza tu ser de rabia y de rencor, cuando ha sido pisoteado tu orgullo y has sido lastimado en lo más profundo, cuando deseas con todas tus fuerzas ver fulminado al que te ha ofendido

Te pregunto, ¿Serás hoy capaz de perdonar a ese amigo tuyo que te traicionó, aquella ofensa de alguien que creías no te podía fallar y hoy le puedes demostrar que lo amas? ¿Serás hoy capaz de llenar tu alforja de olvido, y salir al encuentro con lo único que le puedes ofrecer, tu perdón y continuar tu camino de paz al encuentro de Dios?

Hoy libérate y camina como un niño extraviado a los brazos de una madre llena de amor, como el ciego al encuentro de la luz.  Hoy perdona y olvida, eleva tu alma a Dios y encuentra la paz.

¿Crees que personar es difícil?  Muchas personas lo creen así porque piensan en el perdón como un regalo que van a dar a alguien más. El perdón es un regalo para ti mismo, no para el otro.  Huimos del perdón cuando decimos "Yo nunca le perdonaré" o "Que le perdone Dios". 

El juicio nace del miedo, el perdón en cambio va de la mano con el amor.   El juicio va acompañado de ira, resentimiento y venganza.  ¿Te sientes inocente? Es difícil hacerlo, todo el tiempo nos estamos sintiendo culpables, es por eso que también necesitamos perdonarnos a nosotros mismos. Esto es a veces más difícil que perdonar a los demás.  Desde que nacemos nos sentimos envueltos en culpabilidad, ya tenemos encima "el pecado capital", ya se nos ha rotulado como culpables, haciéndonos sentir inmerecedores y rechazando la abundancia, auto-castigándonos para minimizar la culpa.

No hay sanación posible si no hay primero un proceso de perdón. El perdonar te descarga y te ayuda a sentirte más liviano. Cuando tienes un resentimiento con alguien te ves triste, rígido, se te endurece el rostro.

PROMESAS DEL PERDÓN 

    Reconciliación. El perdón te conduce a un proceso de reconciliación. Esto no implica que tengas que hablar personalmente con aquella persona por quien te sentiste lastimado, simplemente tráela a tu corazón y limpia tus resentimientos con ella.  Todos los procesos de perdón te traen el regalo de la salud y la alegría.  Muchas enfermedades nacen de resentimientos o ira reprimidos, que terminan produciendo en el organismo sustancias dañinas que afectan nuestra salud y bienestar.
    Armonía en las relaciones. Con el perdón dejas atrás heridas y sentimientos dolorosos, cortando así las cadenas que te hacen daño al mantenerte atado a los demás.
    Paz interior.
    Dejar el pasado atrás.    Libertad.
    Recuperar el poder personal.

DISTORSIONES DEL PERDÓN 

Muchos confunden el perdón con alguna de estas distorsiones.

    Ocultar los sentimientos. Colocarte máscaras de tranquilidad cuando tienes sentimientos encontrados que te convierten en un volcán. Muchas personas creen que ser espirituales no les permite sentir este tipo de emociones, por eso los ocultan.
    Permitir o justificar. Nos rehusamos a perdonar para protegernos de ser maltratados otra vez, pero perdonar no es permitir ni convertirte en víctima para que otros pasen por encima de ti, ni defender al otro que te agrede. El que perdones no te obliga a seguir permitiendo el daño.
    Adoptar actitud de superioridad. Si sientes que eres superior espiritualmente y por eso estás obligado a perdonar, y luego haces alarde de tu perdón, no estás perdonando sinceramente. El perdón es humilde si se hace de corazón.
    Sufrimiento. Si tu ego aún se siente lastimado, si dices perdonar y aún te causa dolor el recordar lo sucedido, no has perdonado. Muchos se someten a situaciones que los lastiman por simple resignación, mas interiormente se acumulan cargas y cargas que impiden su libertad.
    Ceder el poder personal. Perdonar no implica que el otro pueda hacer contigo su voluntad. Sólo tú tienes el poder sobre tu vida.

¿Cómo puedes saber si ya has perdonado? Solamente observa la situación otra vez, recuerda a aquella persona que te lastimó, si al hacerlo se mueven en ti otra vez las mismas emociones, sientes rabia, tristeza, dolor, es tal vez porque te has convencido de un falso perdón.

PASOS DEL PERDÓN 

Antes que nada separa la conducta del ser, puedes perdonar a la persona aunque su conducta haya sido inaceptable para ti. El perdón nace del corazón, sin embargo podríamos hablar de algunos pasos a seguir para alcanzarlo.

    Reconocer y aceptar que hay en ti una herida.
    Deshacerte del dolor. No es fácil, pero recuerda que eres inocente y no tienes de qué culparte ni por qué culpar a nadie.
    Liberarte cambiando la visión. Trata de ver siempre más allá, con los ojos del alma.
    Decide sobre la forma en que quieres seguir manteniendo tu relación con la persona que te hirió.
    Sé humilde,
    No te duelas por haber perdonado.

Perdonar no es más que aprender a ver las cosas de otra manera, no rotular ni juzgar a nadie.  Resentir es no permitir que la herida sane para poder vivir en el presente. El pasado no lo podemos cambiar pero lo podemos observar de otra manera.  Obrar en la verdad es la mejor manera de vivir en la luz. Y obrar en la verdad es vivir en el amor.

Graciela E. Prepelitchi 

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