Ten calma, desacelera el ritmo
de tu corazón silenciando tu mente.
Afirma tu paso con la visión del futuro.
Encuentra la calma de las montañas.
Rompe la tensión de tus nervios
y músculos con la dulce música
de los arroyos que viven en tu memoria.
Vive intensamente la paz del sueño.
Aprende a tomar vacaciones de un minuto,
al detenerte a mirar una flor,
al conversar con un amigo,
al contemplar un amanecer,
o al leer algunas líneas de un buen libro.
Recuerda cada día la fábula
de la liebre y la tortuga,
para que sepas que, vivir más intenso,
no quiere decir vivir más rápido,
y que la vida es más
que aumentar la velocidad.
Voltea hacia las ramas del roble,
que florece y comprende
que creció grande y fuerte
porque creció despacio y bien.
Ten calma, desacelera el paso
y echa tus raíces en la buena tierra
de lo que realmente vale,
para así crecer hacia las estrellas.
celebralavida.org
Bellísima Magda. Gracias
ResponderEliminarque necesaria es la calma....la templanza...la serenidad....la Paz interior.....todas te llevan a buscar con discernimiento lo que quiere realmente el Señor....a amar profundamente.....a ser feliz y transmitir la vida y la Esperanza......a SU Tiempo....en Su Tiempo estan todas ellas juntas. un abrazo Magda.
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