Las ventanas de nuestra vida,
para que entres y, con tu ser divino,
inundes de verdad y de gracia nuestro existir.
Porque no siempre, Señor,
andamos en la verdad ni la suerte nos acompaña.
¡Ven, oh Dios!
Y, en las entrañas santas y puras de María,
comienza la Obra que Tú pensaste desde siglos.
¡Ven, oh Dios!
Y, en la sencillez de María,
muéstranos tu grandeza y tu ternura,
tu rostro de hombre y de hermano.
Como María abriremos, Señor.
Los balcones de nuestros ojos
para que, asomándonos hacia el cielo,
descubramos la luz que desciende,
y rompe la oscuridad de una humanidad perdida.
Para que, mirando hacia el cielo,
sintamos curiosidad por saber lo que nos aguarda,
ganas de ser mejores y empeño en superarnos.
Para que, mirando hacia el cielo,
con María y por María,
añoremos contemplar cara a cara
lo que Jesucristo nos traerá.
Como María abriremos, Señor.
Los cerrojos de nuestros corazones
y haciéndolos tuyos, solo tuyos,
siembres en ellos obediencia y fíat,
alegría y aventura, oración y pobreza,
nitidez y pasión, apertura y confianza.
Como María abriremos, Señor.
Las puertas de nuestros labios
y, abriéndolos para Ti,
repetir una y otra vez que “sí”.
Que ha merecido la pena esperarte,
recibirte y creer siempre en Ti.
Amén.
P. Javier Leoz
celebrandolavida.org
Toda de Par en Par !!!!! Magda ya está encima la Pascua.....voy a buscar mas a fondo dentro de mi por si hubiera algo a medio abrir....un abrazo y gracias por esos animos!!!
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