Ya que llenáis de favores a todo el que en Vos confía,
¡OH CORAZÓN DE MARÍA!
ROGAD POR LOS PECADORES.
Ya que sois, Madre divina,
de todos corredentora
de siglos restauradora
de salvación rica mina,
hallen en Vos medicina
tantos prevaricadores.
«Así como la estrella despide el rayo de su luz sin corrupción de sí misma, así, sin lesión suya dió a luz la Virgen a su Hijo. Ni el rayo disminuye a la estrella su claridad, ni el Hijo a la Virgen su integridad».
San Bernardo de Claraval.
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Al final mi Inmaculado Corazón triunfará...
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