(Jn 13,37)
Después de haber hablado a Pedro del amor que debía tener, Jesús le predice el martirio que le es destinado. Declara así toda la confianza que pone en él.
Para darnos un ejemplo de amor y enseñarnos la mejor manera de amar, Jesús dijo a Pedro: “Cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras” (Jn 21,18). Jesús habló así porque Pedro había manifestado querer esto, desearlo, al exclamar “Yo daré mi vida por ti” (Jn 13,37) y al aclarar “Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré” (Mt 26,35). Jesús accede a su deseo. Le habla de ese modo no para atemorizarlo sino para reavivar su ardor. Conoce su amor y su impetuosidad, puede anunciarle el género de muerte que le es reservada. Pedro deseaba desde siempre vivir peligros por Cristo. Por eso Jesús pudo decirle “Ten confianza, tus deseos serán cumplidos. Lo que no has soportado en tu juventud, lo afrontarás en tu vejez”.
Para llamar la atención del lector, el evangelista agrega: “De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios” (Jn 21,19). Aprenderás con esta palabra que sufrir por Cristo es una gloria y un honor.
San Juan Crisóstomo (c. 345-407)
presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilía sobre el Evangelio según Juan, 88 (PG 59. Lectures chrétiennes pour notre temps, Abbaye d'Orval, 1971), trad. sc©evangelizo.org
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