¡Oh glorioso San José, que por el poder divino te hiciste protector del Niño Jesús y de su Santísima Madre! Extiende tu manto sobre nosotros y líbranos de todo peligro del cuerpo y del alma. Ruega por nosotros, San José, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma