"En aquellos días el carpintero, hablaba con Dios cara a cara y miraba con sus ojos, los ojos de Dios, y con Dios reía y Dios dormía en sus brazos y Dios despertaba con su beso; aquel carpintero, con sus manos tocaba a Dios y a Dios llevaba de la mano y ni en la gloria había más gloria que en la casa de José."
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