Oh mi Ángel de la guarda, cuida mi alma y mi cuerpo. Ilumina mi mente para que pueda conocer mejor al Señor mi Dios y amarlo con todo el corazón.
Vigílame cuando rezo para que no ceda a las distracciones de la vida.
Sostenme con tus consejos para vivir como un buen cristiano y ayúdame a cumplir obras de generosidad.
Defiéndeme de los engaños del maligno y socórreme durante las tentaciones para que pueda vencer en la lucha contra el mal.
Oh mi querido Ángel de la guarda, recito esta oración para pedirte que permanezcas siempre a mi lado y para pedirte que no ceses nunca de ser mi ángel de la guarda, hasta que no sea llamado al recinto del Señor, donde adoraremos juntos, por toda la eternidad a Dios nuestro Señor. Amén
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