Mi Señor, en este día me presento ante Ti para pedir tu amor y tu paz. Espero este momento siempre con muchas ansias porque saberme amado es lo más importante para mí, y cuando hablo contigo, cuando te cuento lo que tengo dentro, me siento amado y eso me impulsa a dar lo mejor de mí. Gracias por hacerme sentir tuyo y por desbordarte en amor por mí. Hoy te solicito que sanes las heridas que las envidias y los ataques de los demás me han generado, no dejes que esas heridas me hagan sufrir más. Sabes que sólo no puedo hacerlo, pero con tu ayuda soy capaz de conquistar mis sueños y de hacer todo lo que he planeado. Te amo y confío que ahora mientras me preparo para esta jornada, me bendices y me haces estar listo para afrontar los retos que se me presentarán. Confío en tu poder y en tu misericordia. Amén.
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