Entre las visiones más conocidas de Santa Gertrudis está una en que vio a Jesús con una pila de monedas de oro de extraordinaria belleza
Y observó que Jesús ponía una tras otra moneda de oro sobre la pila de monedas y la pila parecía brillar cada vez más.
Entonces Gertrudis le preguntó qué significaban esas monedas de oro, porque la gran pila, y porque la última que ponía tenía un brillo muy especial.
Y Jesús le respondió,
«Hija mía, cada vez que rezas con calma, fervor y cariño, a Mi Madre, deposito una moneda de oro en el Tesoro del Cielo por ti».
En otra oportunidad vio que Jesús estaba contando las monedas de oro y ella le preguntó por qué lo estaba haciendo, y Jesús le respondió,
«Estoy contando las avemarías que has dicho; este es el dinero con el que compras el cielo».
Fue así que surgió la oración del Ave María de oro, que es una recitación muy lenta del Ave María, saboreando cada palabra y meditándola.
La Oración:
Ave María, Blanco Lirio de la gloriosa y siempre Serena Trinidad.
Salve Brillante Rosa del Jardín de los Deleites Celestiales: ¡Oh Vos, de quien Dios quiso nacer en este mundo, y de cuya leche el Rey del Cielo quiso ser nutrido! ¡Alimentad nuestras almas con las efusiones de la Gracia Divina!
Amén.
“A las almas que en vida me hayan saludado con ésta oración, me apareceré con gran resplandor en la hora de la muerte. Además, cuando el alma se separe del cuerpo, me manifestaré con hermosura tan espléndida, que el alma sentirá un gran consuelo. En ese instante, experimentará algo semejante a las delicias del Paraíso”
Palabras de la Santísima Virgen María a Santa Gertrudis la Mayor
(De las revelaciones, tomo III, Capitulo XVIII)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma