Hoy, como ocurrió hace años -en aquellos pastorcitos de la cercana y hermana tierra de Portugal- siguen apareciendo sensaciones de una Madre que sigue muy de cerca los avatares de nuestra vida.
La Virgen de Fátima es fuerza para que nos invita a permanecer erguidos en medio de tanta preocupación por el futuro de nuestra nación.
Han cambiado tanto nuestros modos de vivir ultimamente!
Que no perdamos
nunca, María, la capacidad de asombro que tuvieron aquellos pastorcitos en Cova
de Iría ante los signos reales de tu presencia.
“Qué pequeña me parece la tierra cuando miro al cielo” (S.Ignacio Loyola)
“Qué pequeña me parece la tierra cuando miro al cielo” (S.Ignacio Loyola)
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