Los Apóstoles
"perseveraban unánimes en la oración, juntamente con las mujeres y con
María, Madre de Jesús, y con sus hermanos" (Hch 1,14). Así aparece María
orando en la Iglesia naciente y sigue así en todo tiempo; También ahora, porque
Ella, asunta al cielo, no deja de cumplir su misión de intercesión y salvación.
Virgen orante es
también la Iglesia, que cada día presenta al Padre las preocupaciones de sus
hijos, alaba incesantemente al Señor e intercede por la salvación de todo el
mundo.
La Iglesia primitiva
siempre acudió a la "omnipotencia suplicante" que es María. Los
primeros cristianos estaban convencidos del gran poder que ante Dios tenía la
súplica de esta extraordinaria mujer que Él mismo había elegido como Madre de
Su Hijo.
Dos maneras
sencillas y a la vez grandes de orar: Individual (Visitación y Caná) y
comunitaria (Cenáculo). No solo oración de petición, sino también de
glorificación, alabanza y acción de gracias que estará fundamentalmente en la
fe, esperanza y humildad de María.
Junto a María,
permaneciendo en oración, esperamos el nuevo pentecostés.
Dios nos siga
bendiciendo.
Alejandro María
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma