Padre misericordioso, en unión con la Iglesia
Triunfante en el cielo, te suplico tengas piedad de las almas del Purgatorio.
Recuerda tu eterno amor por ellas y muéstrales los infinitos méritos de tu
amado Hijo. Dígnate librarles de penas y dolores para que pronto gocen de paz y
felicidad. Dios, Padre celestial, te doy gracias por el don de perseverancia
que has concedido a las almas de los fieles difuntos.
Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.
María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor.
Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.
María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor.
Amén
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