Mi Señor, te alabo y te adoro cada segundo de mi vida porque has venido para llenarme de tu presencia, de tu amor, de tu salvación y para consolarme en cada situación complicada que me toque vivir. Hoy quiero abrir mi corazón a tu Palabra para que vengas a él con tu acción poderosa y deje ir todos aquellos recuerdos dolorosos y heridas que aún no cierran ni han sanado del todo.
Muchas de las realidades de la vida dependen de la actitud con la que las enfrento. Quiero saber decidir sobre mis asuntos, hacer lo que más me conviene para la salvación de mi alma.
Mi salvador, Tú eres el gran Médico de almas, el gran sanador, el que va tocando todas esas heridas abiertas de mi corazón causadas por los dardos venenosos que otros han vaciado con saña sobre mí y que se encuentran asfixiando mi espíritu. Necesito que hoy me des la luz de tu Espíritu Santo para que sea Él quien me guíe para actuar de manera correcta. Quiero ser sanado por tu amor, levantarme enseguida, seguir luchando y ponerme al servicio de los más débiles. Tú me llenas de fortaleza en mis momentos de debilidad, por eso te pido que vengas y pongas tu mano sobre mí, sana mi soberbia, mi egoísmo, mi indiferencia y haz que sigas tus pasos de manera fiel y comprometido con tu Palabra.
Ven mi Dios y Ayúdame a librarme de los errores de mi pasado, y por medio de tu luz que pueda recobrar mis fuerzas para construir un mejor futuro para mí y para todos los míos. Contigo a mi lado confío en que todo marchará bien. No hay enfermedad que se resista a tu Palabra, ni mal que pueda soportar el poder de tu inmenso amor. Amén
Píldoras de Fe
Píldoras de Fe
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