Su nombre es María, Reina y Señora la llamarán todas las generaciones. María venía al mundo con la misión más alta, ser la Madre de Dios. María, joven valiente, mujer de fe, virgen pura, Madre de Dios, esposa, esclava del Señor.
Ella recibió el Don del Padre Celestial. Lo recibió en las condiciones más pobres, pero su sola presencia enriquecía todo. María valiente, llena de coraje, no teme huir a Egipto para salvar a su pequeño. Cuántas veces le susurraría: 'No, mi pequeño, el calvario está lejos, aún no ha llegado la hora'.
Dulce intercesora, firme en interceder ante su hijo cuando ve el apuro de los novios en Caná de Galilea. Mujer fuerte, de una sola pieza, con el corazón traspasado por la espada de dolor al pie de la cruz. Madre de toda la Iglesia.
María, Inmaculada, Madre de todos los hombres, ruega por nosotros.
Del Facebook de Alejandro Maria
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