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domingo, 2 de agosto de 2015

Santa Filomena Virgen y Mártir

Historia
Santa Filomena Virgen y Mártir fue una valiente joven de la iglesia Católica que nació en Grecia el año 202 D.C (siglo III). En la época de los primeros cristianos de la antigua Roma. Fue princesa de un pequeño estado de Grecia que a sus 13 años santificó al pueblo cristiano. 

Se caracterizó por su valentía pureza y fidelidad incondicional a Jesucristo. Su nombre “Filomena” significa Lumena = Luz (LUZ DE LA FE). Se exalta de ella su gran belleza corporal y espiritualidad las cuales le llevaron a ser martirizada. 

Su fiesta se celebra el 11 de agosto. Cuando el emperador Diocleciano declara la guerra a su pequeña nación de Grecia, sus padres deciden marchar a Roma y buscan pactar una tregua. Diocleciano al ver a Filomena, quien acompañó a sus padres, queda prendado de su belleza y se enamora de ella y decide dar la paz a su pueblo con la condición de que se le una en matrimonio, Diocleciano pide la mano a sus padres, quienes deslumbrados acceden al emperador y tratan de convencer a Filomena sin conseguir su consentimiento. Diocleciano hace todo lo posible para ganarla con atractivas promesas y con sus amenazas, las cuales eran inútiles, ella se enfrenta al emperador y a su corte. 

El emperador Diocleciano lleno de odioy furia e influenciado por el demonio, le manda a una de las cárceles del palacio donde es encadenada, y la tiene varios días a pan y agua a fin de desistir de su negativa. Filomena en su martirio solo se encomendaba a Jesús y a su Santísima Madre. Su cautive
rio duró 37 días. El emperador Diocleciano al perder la esperanza de hacerla emperatriz de Roma y de renunciar a su fe cristiana y de su compromiso de mantenerse pura para Cristo. Toma la decisión de torturarla públicamente y el primer tormento era ser flagelada. 

Ordenó que le quitaran sus vestidos, y que fuera atada a una columna en presencia de un gran número de hombres de la corte, he hizo que la azotaran con gran violencia, que su cuerpo se bañó en sangre, y luciera como una solo herida abierta. El tirano pensando que se iba a desmayar y morir, la hizo arrastrar a la prisión para que muriera. En la prisión 2 ángeles se le aparecieron y curaron sus heridas. El emperador al ser informado de su curación la hace llevar a su presencia y trata de convencerla que su sanación se debía a Júpiter con la idea que se retractase y pudiera ser emperatriz de Roma. Entonces, el emperador frenético en ira, ordenó que la tiraran con un ancla atada al cuello en la aguas del rio Tiber. La orden se ejecutó pero Dios la protegió. 

En el momento que su cuerpo se hundía en lo más profundo del rio, vinieron a socorrerla dos ángeles quienes cortaron la soga que la unía al ancla, siendo transportada a las
orillas del rio. El milagro fue contemplado por una multitud de personas que al ver el prodigio se convirtieron al cristianismo. El emperador alegando que era magia la arrastró por las calles de Roma y ordenó que fuera condenada a morir por los arqueros, las cuales provocaron desangrar todo el cuerpo de la santa sin provocar su muerte. Ante este nuevo fracaso de matarla fue llevada al calabozo donde milagrosamente fue curada.
El tirano emperador ordenó nuevamente que fuera traspasada con flechas afiladas, pero la providencia la protegió logrando que las flechas no salieran, ante esto el emperador se enfureció y mando calentar las flechas en un horno, pensando que la acción del fuego podía romper el encanto. El emperador ordenó que las flechas fueran dirigidas a su corazón pero al ser tiradas las flechas tomaron dirección contraria y regresaron a herir a aquellos que la habían tirado. Seis de los arqueros murieron. Algunos de ellos renunciaron al paganismo y el pueblo empezó a dar testimonio público del poder de Dios que había protegido a Santa Filomena. 

Este milagro portentoso determinó la ira total del emperador que dispuso se apresurase su muerte, ordenando que su cabeza fuera cortada por un hacha“LUMENA PAX TE CUM FI” que significa “la paz sea contigo Filomena” en la losa de la cripta estaban pintados los signos de su martirio: un ancla, dos flechas, una lanza, una palma y unos lirio (Signo de pureza) Todos estos signos indicaban como fue su martirio y su inmolación a Cristo siendo niña.
Sus restos estuvieron por muchos siglos ocultos, siendo encontradas en las profundidades de las catacumbas romanas de Santa Priscila el 24 de mayo de 1802 siendo Papa Pio VII.

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