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Bernardita dio también este consejo: “Quédense dormidos recitando el
Rosario, como los niños que se duermen diciendo: “¡Mamá!”. Ella incluso
se quedó dormida [para siempre] el 16 de abril de 1879, a la edad de 35
años, después de repetir dos veces: "¡Santa María, Madre de Dios, ruega
por mí, pobre pecadora!”.
Beatificada el 14 de junio de 1925, fue canonizada por el Papa Pío XI el 8 de diciembre de 1933. Recordamos a Santa Bernardita el 18 de febrero, día en que la “Bella Señora” venida del Cielo le prometió: “¡No prometo hacerte feliz en este mundo sino en el otro!”.
En su diario, Bernardita escribía estas palabras que se mantienen actuales para todos nosotros, sacerdotes y fieles de Cristo: “Para la mayor gloria de Dios, lo importante no es hacer mucho sino hacer bien… vamos, alma mía, ¡ánimo! Un día más, siguiendo a Jesús y a María, subiendo el Calvario y luego, con Jesús y María, la Felicidad, la Alegría, la Eternidad”.
Bueno, pues intentemos hacer el bien y hacerlo bien. con la ayuda del Señor y de nuestra querida Madre del cielo. Un abrazo.
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