Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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domingo, 27 de mayo de 2012

Vivir según el Espíritu Santo


Vivir según el Espíritu Santo, es difícil.
Vivir con el Espíritu Santo, no lo es tanto.
Es bueno pensar que, Él,
nos acompaña aunque no nos demos cuenta;
nos habla, aunque no lo escuchemos;
nos conduce, aunque acabemos
eligiendo el camino contrario;
nos transforma, aunque pensemos que,
todo, es obra nuestra.

Vivir Pentecostés.
Es pedirle a Dios, que nos ayude a construir
la gran familia de la Iglesia.
Es orar a Dios, para sacar de cada uno
lo mejor de nosotros mismos.
Es leer la Palabra y pensar:
“ésto lo dice Jesús para mí”.
Es comer la Eucaristía,
y sentir el milagro de la presencia real de Cristo.
Es rezar, y palpar –con escalofríos–
el rostro de un Dios que nos ama.

¡Pentecostés es el Dios invisible!
El Dios que camina junto a nuestros pasos
hasta el día  en que nos llame a su presencia.
El Dios que nos da nuevos bríos e ilusiones.
El Dios que nos levanta, cuando caemos.
El Dios que nos une, cuando estamos dispersos.
El Dios que nos atrae, cuando nos divorciamos de Él.

¡Pentecostés es el Dios de la brisa!
El Dios que nos rodea con su silencio.
El Dios que nos indica con su consejo.
El Dios que nos alza con su fortaleza.
El Dios que nos hace grandes con su sabiduría.
El Dios que nos hace felices con su entendimiento.
El Dios que nos hace reflexivos con su santo temor.
El Dios que nos hace comprometidos,
con el don de piedad
El Dios que nos hace expertos,
por el don de la ciencia.
Pentecostés, entre otras cosas,
es valorar, vivir, comprender y estar orgullosos
de todo lo que nos prometió Jesús de Nazaret.
¿Cómo? Dejándonos guiar por su Espíritu.

P. Javier Leoz
celebrandolavida.org

2 comentarios:

  1. "Pedir a Dios que nos ayude a construir la gran familia de la Iglesia"
    Esa familia por la que debemos luchar y rezar para que sea más grande y quue cada miembro esté siempre firme en sus principios, con la asistencia del Espíritu Santo.

    No sabes que alegría me ha dado tu comentario, vuestra Virgencita , desde que esa amiga me contó de Ella ya me ha hecho favores importantes, me produce mucha ternura.

    Me gusta mucho tu blog y veo que también tienes a mi San Josemaría.

    Un beso con mi cariño y alegría de conocerte.

    ResponderEliminar

Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma

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