"Cuando ustedes rezan Yo los protejo, al igual que el
bebé es protegido por Mi lágrima en el Rosario de los No Nacidos.”
Nuestra Señora, 12 de Diciembre del 2004.
“Opónganse a este crimen atroz: la matanza de los no nacidos. Cada oración que rezan repara Mi Corazón que está angustiado por este pecado." Jesús, 6 de Octubre del 2001.
Cuando rezamos el rosario con un corazón amoroso, el Cielo derrama la gracia para salvar un bebé de ser abortado por cada Avemaría.
Cada vez que la humanidad asume el rol de dador y tomador de la vida, rol que no le corresponde, más egocentrismo y odio florecerá en los corazones. Si conociéramos el poder del Rosario que tenemos en nuestras manos y que rezamos con el corazón, nunca lo soltaríamos. Estaría siempre con nosotros y las oraciones estarían siempre en nuestros labios por la bendita causa de la vida.
María está muy cerca de nosotros cuando recitamos con amor el Rosario. Cuando meditamos con amor los sagrados misterios de la vida de su Hijo. Y con que amor abraza y besa a cada uno de sus hijos que disponiendo de tan formidable arma, la utilizan según su consejo, para el bien de los hermanos, en especial para el "fin del aborto".
No son cañones, no son espadas. Tampoco bombas atómicas, creadas por mano de hombre, para repartir odio. Es el arma del amor, el arma nacida del Corazón Inmaculado de María. El arma que aterra al demonio. El arma que nos ayuda a acercarnos, a amar más a Jesús, a temer ofenderle, y por tanto, a ser santos.
Es el arma de los milagros.
“Jesús, protege y salva a los no nacidos.”
Dios nos siga bendiciendo.
Tu hermano,
Alejandro María
Nuestra Señora, 12 de Diciembre del 2004.
“Opónganse a este crimen atroz: la matanza de los no nacidos. Cada oración que rezan repara Mi Corazón que está angustiado por este pecado." Jesús, 6 de Octubre del 2001.
Cuando rezamos el rosario con un corazón amoroso, el Cielo derrama la gracia para salvar un bebé de ser abortado por cada Avemaría.
Cada vez que la humanidad asume el rol de dador y tomador de la vida, rol que no le corresponde, más egocentrismo y odio florecerá en los corazones. Si conociéramos el poder del Rosario que tenemos en nuestras manos y que rezamos con el corazón, nunca lo soltaríamos. Estaría siempre con nosotros y las oraciones estarían siempre en nuestros labios por la bendita causa de la vida.
María está muy cerca de nosotros cuando recitamos con amor el Rosario. Cuando meditamos con amor los sagrados misterios de la vida de su Hijo. Y con que amor abraza y besa a cada uno de sus hijos que disponiendo de tan formidable arma, la utilizan según su consejo, para el bien de los hermanos, en especial para el "fin del aborto".
No son cañones, no son espadas. Tampoco bombas atómicas, creadas por mano de hombre, para repartir odio. Es el arma del amor, el arma nacida del Corazón Inmaculado de María. El arma que aterra al demonio. El arma que nos ayuda a acercarnos, a amar más a Jesús, a temer ofenderle, y por tanto, a ser santos.
Es el arma de los milagros.
“Jesús, protege y salva a los no nacidos.”
Dios nos siga bendiciendo.
Tu hermano,
Alejandro María
Estimada hermana, gracias por está profunda oración es verdad, ella siempre está con nosotros somos nosotros los que no estamos con ella, gracias por su sencillez al darnos a conocer esos grandes tesoros de su vida espiritual, gracias por ser portadora de ella, Dios éste con usted.
ResponderEliminarQue bonita entrada,“Jesús, protege y salva a los no nacidos.”
ResponderEliminarGracias por tu compartir.
Un abrazo.