“¿Podría una mujer fea… quedar linda sin amar a un hombre hermoso?... Y,
del mismo modo, ¿podría quedar lindo un hombre por amar a una mujer bonita? La
ama, pero cuando se mira en el espejo, se avergüenza de mirarse en los ojos de
esa hermosa mujer, a la que ama. ¿Qué hará para ser hermoso? ¿Acaso esperar que
[a la vejez] le venga todavía la belleza? Pero, al contrario, mientras espera
le sobrevendrá la vejez que lo hará todavía más feo. No hay nada que hacer, y
el único consejo que se le puede dar es que se aparte y, no estando a la
altura, desista de amar a una mujer que le es superior… Nuestra alma, hermanos,
es fea a causa del pecado, pero se embellece amando a Dios. ¿Cuál es el amor
que hace bella al alma que ama? Dios siempre es belleza, nunca se encuentra en
Él deformidad o cambio. Nos amó en primer lugar, ¡Él, el siempre bello! Y nos
amó cuando éramos feos y deformes. No nos amó para dejarnos feos como éramos,
sino para cambiarnos y hacernos hermosos y bellos, de lo feos que éramos. ¿De
qué modo podremos ser bellos? Amándolo a Él, que es siempre bello. Cuanto más
crece en ti el amor, tanto más crece la belleza. El amor de caridad es,
precisamente, la belleza del alma.
P. Max Alexander
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma