En el intento de descubrir y pregonar
la dignidad de las personas que me rodean,
sólo así, Jesús, podré ser imagen tuya.
En el testimonio del amor que se comparte y reparte,
en el convencimiento de que, el amor, engendra más amor,
en la seguridad de que, el amor, se propone y no se impone.
Que no fracase, Señor.
En sembrar, con amor, todo lo que soy y tengo.
En decir, con palabras de amor, lo que pienso y espero.
En transformar, con obras de amor,
aquello que, en tu nombre, toco con mis manos.
En llevar, con amor, tú Palabra y tú aliento,
tu mensaje y tu reino, tu presencia y tu voluntad.
Que no fracase, Señor.
En dar la vida, mirando si florecen resultados.
En servir, esperando algo a cambio.
En responderte, cuando el Evangelio me exige.
En continuar el camino, sabiendo hoy y siempre,
que en esa aventura yo no estoy sólo,
que Tú, Señor, me acompañas.
Que, Tú, Señor, eres la fuente
del AMOR VERDADERO.
Amén.
P. Javier Leoz
celebrandolavida.org
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