Corregir al que yerra.
También es una obra de misericordia el corregir al que se equivoca. Porque si amamos al prójimo, entonces le deseamos el bien, ¡Y qué mayor bien podemos desearle que se gane el Paraíso! Por eso si un hermano nuestro se aparta del buen camino o hace algo que lo lleva al Infierno, es nuestro deber advertirle, incluso aunque tengamos que sufrir un disgusto, perder una amistad o una relación de familia.
Siempre hay que hablar con tacto, pero eso no quiere decir que nos debamos callar, o que mintamos, sino que el Señor nos ha dicho cómo debe ser nuestro lenguaje: a lo que es sí, decir sí; y a lo que es no, decir no. Simplemente esto es lo que debemos practicar, sin temer las venganzas de los hombres, sabiendo que Dios ve, y el que corrige a un hermano que se equivoca, salva su alma y no tendrá que dar cuentas de los pecados de su hermano.
Debemos pedir al Espíritu Santo para saber qué es lo que debemos hacer en cada caso, y guardar siempre el respeto y la caridad sobre todo, buscando el bien de nuestros prójimos.
Fuente: www.santisimavirgen.com.ar
Buenos días Magda. Siempre hay que comenzar con un propio examen de conciencia y dejar que el Espíritu y nunca nosotros encamine la corrección, es complicado y requiere paciencia; oración y contemplación de los atributos de Dios. Un truquillo que funciona muy bien es rezar al ángel de la guarda del hermano errado para que nos ayude y prepare la tierra para sembrar.Un abrazo.
ResponderEliminarQue lindo consejo me dás Nip,muchas gracias!... para tenerlo en cuenta, especialmente para con los jovenes. Un gran abrazo
ResponderEliminarpaz y bien * Magda, asi es amiga amar tambièn es comprendernos y corregirnos, crecer juntos, gracias por todo lo que nos compartes ♥ *
ResponderEliminarGracias un abrazo Magda ♥
paz y bien de todo corazòn *