He pecado
Cuando caemos en pecado lo peor que podemos hacer es echarle la culpa a otro por nuestro pecado. Es lo que hicieron Adán y Eva en el Paraíso. Eva echó la culpa a la serpiente, y Adán a su mujer.
La tentación, por más violenta que sea, no superará nuestra resistencia porque Dios es bueno y no permite que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas, y Él da 10 si la tentación es de 10, e incluso da más. Pero lo que sucede es que muchas veces caemos en pecado porque “queremos” caer en pecado, y despreciamos la ayuda de Dios y no invocamos su auxilio.
El pecado es malo, pero más malo es no reconocerlo y no ser humildes en pedir perdón a Dios. Porque ya en el Pregón Pascual se dice que fue feliz la culpa (el pecado original) que nos mereció tan grande Redentor.
Nosotros no diremos que es feliz el pecado. Pero si después de cometerlo, nos humillamos ante Dios y le pedimos perdón humildemente, confesándonos con un sacerdote, entonces subiremos más alto de lo que estábamos antes del pecado, porque a Dios le agrada la humildad.
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