Acordaos, oh castísimo esposo de la Virgen María y amable protector mío San José, que jamás se ha oído decir que ninguno haya invocado vuestra protección e implorado vuestro auxilio sin haber sido consolado. Lleno, pues, de confianza en vuestro poder, ya que ejercisteis con Jesús el cargo de Padre, vengo a vuestra presencia y me encomiendo a Vos con todo fervor. No desechéis mis súplicas, antes bien acogedlas propicio y dignaos acceder a ellas piadosamente. Amén.
Jesús, José y María, os doy mi corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, en vosotros descanse en paz el alma mía.
ORACIÓN FINAL PARA CADA MIÉRCOLES DE SEMANA
Dulcísimo Abogado y Protector mío san José, yo os ofrezco todos los obsequios y servicios de amor, reverencia y cariño con que os honraron Jesús y María durante vuestra vida, y los que Vos tributasteis a tan soberanas Personas, con todos los dolores y gozos de vuestro paternal corazón, al ver a Dios encarnado, adorarlo nacido y llamarlo Jesús; al ver conocido al Mesías, libertado de Herodes, de Arquelao preservado, y hallarlo perdido. Yo os consagro desde hoy para siempre mi alma, vida y corazón con todos los obsequios y alabanzas que os han tributado y tributarán los justos de cielo y tierra. Logre con vuestro favor y poderoso Patrocinio, Santo mío de mi corazón, vivir en justicia, morir en gracia y alcanzar la gloria.
Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.
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