Nuestra
Madre Celestial, Madre de Dios y Madre nuestra, fue coronada por su
Hijo Jesús como Reina de todo lo creado. Nosotros somos parte de esa
creación, y es por eso que somos bendecidos al tener semejante
privilegio: compartir una Madre nada más ni nada menos que con El Mismo
Dios, Jesucristo Rey del Universo.
Hoy
es un día para sentir muy profundamente el ser parte de la realeza, de
la familia de Dios. Por el Bautismo tu fuiste instituido sacerdote,
profeta y rey.
Hoy
más que nunca brilla el regalo de nuestro bautismo, cuando celebramos
ser Hijos de Dios Padre, hermanos del Rey, hijos de la Reina, bendecidos
en el Amor del Espíritu Santo. ¡Somos la Familia de Dios!
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